1,213 niños sufrieron afectaciones físicas, psicológicas o perdieron la vida a causa de algún acto delictivo
A unos días de celebrar el Día del Niño, la Coordinación General del Consejo Estatal de Seguridad Pública (GC CESP), realizó un análisis de los delitos que durante el 2021 dañaron a niños, niñas y adolescentes en la entidad.
En un total fueron 1,213 niñas, niños y adolescentes víctimas de algún delito, lo que dio como resultado afectaciones físicas, psicológicas y, en un alto porcentaje, la pérdida de la vida.
Los cuatros delitos con un mayor número de víctimas que afectaron a la infancia fueron: violencia familiar con 693; lesiones dolosas con 266; violación con 182 y homicidio culposo con 55.
A continuación se enlistan 7 delitos que afectaron a la niñez sinaloense en 2021.
Delitos contra la vida
Homicidio culposo. 55 niñas, niños y adolescentes perdieron la vida por homicidio culposo, todos por causa de accidentes viales.
Homicidio doloso. 11 niñas, niños y adolescentes perdieron la vida por homicidio doloso, de los cuales 10 fueron con arma de fuego y uno con contusiones.
Feminicidio. De los 42 feminicidios en Sinaloa, 4 víctimas fueron niñas o adolescentes, es decir el 9.5%.
Delitos contra la integridad física y privación de la libertad
Violencia familiar. Del número total de las 5,699 denuncias por violencia familiar, 693 fueron víctimas niñas, niños y adolescentes, lo que corresponde al 12%.
Lesiones dolosas. Del total de las 3,096 denuncias, 266 fueron víctimas menores de 18 años, que corresponden al 8.5%.
Violación. Este delito es de los de mayor afectación en contra de víctimas niñas, niños y adolescentes. De las 313 denuncias, 182 corresponden a este grupo vulnerable, representando el 58% del total de las denuncias. De las 182 víctimas: 88% fueron niñas o adolescentes y el 12% niños o adolescentes.
Secuestro. De los 10 secuestros, 2 víctimas fueron menores de 18 años, con rangos de edad entre los 11 a los 15 años, los cuales representan el 20% del número total de denuncias.
Lo anterior manifiesta que la alta incidencia de estos delitos pone en evidencia la necesidad de que las autoridades de seguridad pública, así como las instituciones que se encargan de velar por los niños, niñas y adolescentes, articulen estrategias de prevención, mejoren los canales de denuncia, así como también desarrollen políticas públicas que permitan combatir los factores que causan estos delitos.