Esto se debe a que durante muchos años, autoridades tolerantes y negligentes dejaron crecer un grave problema de falta de respeto a las leyes y reglamentos, creando una cultura de desorden que agrede a los ciudadanos pacíficos y provoca grandes pérdidas a las empresas y las familias, tanto humanas como materiales. El ciudadano que se ve rodeado por el desorden, se siente en una tierra sin Ley ni Gobierno.

Además, hay que considerar que en medio del desorden, los delincuentes se mueven en un ambiente propicio para desarrollar sus actividades ilícitas. Pero en un ambiente de orden, los delincuentes se hacen muy visibles y no les resulta conveniente para realizar sus actividades.

Por todo lo anterior, la Coordinación Ciudadana propuso al Consejo Estatal de Seguridad Pública, el establecimiento de una POLÍTICA ESTATAL DE ORDEN Y RESPETO.

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